Adoctrinament? (3)

Un relat de: Joan Colom
Totes tres lliçons ocupen una pàgina cadascuna: la lliçó IV, LOS CARTAGINESES, consta de 6 paràgrafs (19 a 24); la V, LOS ROMANOS, de 4 (25 a 28), i la VI, EL CRISTIANISMO, també de 4 (29 a 32).

Les reproduiré íntegrament perquè, tret dels paràgrafs 19, 22 i 28, la resta parlen d'ocupació d'Espanya i d'heroica resistència, amb tot luxe de detalls sobre violents turments i morts, especialment indicats per als tendres lectors, que així s'anaven educant per a la dura vida que els esperava. El Cristianisme, presentat des del punt de vista de l'ortodòxia i sense el més mínim rigor historiogràfic, és el que aporta una quota major de màrtirs.

Afegiré, com anècdota, que els Maristes organitzaven a classe, periòdicament, unes confrontacions lúdiques que anomenaven batallas de émulos i que consistien en organitzar dos bàndols, el cartaginès i el romà, amb una composició similar quant a capacitat intelectual (vull dir que als dos hi havia d'haver el mateix nombre estudiants aplicats, mediocres i deficients, si fa no fa). No recordo si les preguntes, sovint capcioses, que des cada bàndol es llançaven contra l'altre alternativament, es limitaven a una assignatura o al conjunt d'elles.

19. Los cartagineses, comerciantes y guerreros del norte de África, vinieron para ayudar a los fenicios, pero volviéndose después contra ellos, los expulsaron de España.

20. Los cartagineses quisieron dominar después a los españoles, pero éstos les opusieron ruda resistencia.

21. En las luchas contra los cartagineses se distinguieron los dos primeros màrtires de nuestra independencia, llamados Istolacio e Indortes. El primero murió gloriosamente en el campo de batalla y el segundo, hecho prisionero, fue crucificado.

22. El general cartaginés más célebre fue Aníbal que, siendo niño, había jurado odio eterno a los romanos.

23. Movido por ese odio, Aníbal atacó a Sagunto, ciudad aliada de Roma. Los saguntinos resistieron durante ocho meses, pero, viéndose perdidos, encendieron una hoguera a la que arrojaron a los ancianos, mujeres, niños y riquezas, mientras los hombres salían a morir matando cartagineses.

24. Aníbal pasó después a Italia, donde derrotó a los romanos, pero éstos enviaron a España un ejército que expulsó a los cartagineses y se apoderó de nuestro suelo.

25. Los españoles, y especialmente los gloriosos Indíbil y Mandonio, opusieron viva resistencia a los romanos, que necesitaron doscientos años de luchas para dominar a España.

26. El intrépido Viriato, por medio de guerrillas y emboscadas, derrotó muchas veces a los romanos, pero éstos pagaron a tres hombres para que lo asesinaran en su tienda de campaña mientras dormía.

27. Numancia, ciudad situada cerca de Soria, se inmortalizó por la lucha que sostuvo contra los romanos. Durante catorce años los venció en todos los encuentros, pero, al fin, Roma envió un poderoso ejército que la cercó por todas partes con una muralla. Cuando los numantinos terminaron los víveres, surgieron los horrores del hambre y la peste, pero antes que rendirse incendiaron la ciudad y murieron arrojándose a las llamas o matándose unos a otros.

28. La dominación romana duró doscientos años durante los cuales florecieron la agricultura, industria y comercio, así como las artes, ciencias y letras.

29. Durante la dominación romana se estableció en españa el Cristianismo o religión fundada por Jesucristo.

30. Nuestro Señor Jesucristo nació en el portal de Belén; vivió treinta años sumiso a sus padres María Santísima y San José; consagró tres años a la predicación de su sublime doctrina, y murió en una cruz con atroces tormentos para redimirnos.

31. El Apóstol Santiago predicó el Cristianismo en España; recibió en Zaragoza la visita de la Santísima Virgen en carne mortal y levantó en su honor el templo de Nuestra Señora del Pilar, que ha sido declarado por el Caudillo "Santuario de la Raza".

32. Los españoles abrazaron el Cristianismo con entusiasmo y fervor y muchos derramaron la sangre para defenderlo. Los principales mártires son: San Lorenzo, que fue asado vivo sobre unas parrillas; San Vicente, que fue sometido a horrorosos tormentos, y los Santos niños Justo y Pastor, que fueron azotados y degollados.

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